En un comunicado dado a conocer por el Partido Socialista de Concepción del Uruguay, se cuestiona duramente la gestión justicialista, que a espaldas de la comunidad resolvió seguir negociando con el mismo grupo al que le rescindió el contrato por incumplimientos graves.
"Schepens continúa su gestión para los amigos y contra todo, incluso contra el pueblo", dijo la concejala Verónica Magni, al comentar que ni siquiera se aceptó la idea de audiencia pública y consulta popular para que sea la comunidad la que resuelva la controvertida entrega del patrimonio municipal a empresarios privados.
"Desoyendo los pedidos de dialogo, las miles de firmas ciudadanas (más de 1600 sumadas a las anteriores), el Intendente en lugar de convocar y escuchar al pueblo para evaluar qué clase de proyecto turístico quieren los uruguayenses, decidió continuar adelante con la empresa Entretenimientos de la Costa", añadió la edila socialista.
"Así se pone de espaldas a las numerosas expresiones en contra, incluida la suya propia de pocos meses atrás, para la que pidió apoyo al Concejo Deliberante. Ahora nuevamente, el presidente municipal y sus asesores legales retomaron los negocios con la empresa rescindida por ellos mismos como incumplidora", reflexionó la concejala.
Hay que recordar que los partidos políticos, los sindicatos más representativos de la ciudad, todos los bloques opositores del Concejo Deliberante, juristas, vecinos autoconvocados, ONGs, profesionales de las áreas involucradas, representantes del Ejecutivo y hasta los propios concejales oficialistas coincidieron hace apenas cuatro meses en la necesidad de interrumpir los lazos contractuales con quienes pretenden introducir el juego en manos privadas, con sus perjuicios sociales para la comunidad.
A esta situación también se refirió el precandidato a diputado nacional por el Frente Amplio Progresista (FAP) , Américo Schvartzman, quien expresó: "Es penoso que después de diez años de supuesto progresismo, el oficialismo no tenga otra propuesta de desarrollo para la ciudad que traer nuevos casinos y máquina tragamonedas, que esquilman a la población más vulnerable con el sórdido mundo del juego y todo lo que eso conlleva".
El dirigente señaló además: "La propia Iglesia lo ha advertido, frente al silencio cómplice de dirigencias políticas y sociales. Pero estos proyectos ni siquiera tienen el pretexto de bancar programas sociales. El beneficiario es un empresario privado. Podría decirse que es Hood Robin, robar a los pobres para beneficio de los ricos".
